Estanislao Reverter Sequeiros es la base del automovilismo deportivo de Ourense, el punto de partida de todo lo que ahora tienen a su disposición los aficionados pasivos, espectadores, y los activos, pilotos, copilotos, mecánicos, comisarios deportivos, inspectores, fotógrafos, cámaras de TV, periodistas, con toda la parafernalia que este mundo desarrolla y moviliza, siempre desde la premisa principal de que el formidable espectáculo deportivo que se genera, es de los pocos que son gratis para el espectador, aunque costosos para los protagonistas.

Fotografiando, casi como un ritual, a los hermanos Lalao y Toñín Reverter, en vísperas de cada edición anual del Rally de Montecarlo, comenzó a bullir mi interés y la afición por este deporte. Y sin pensarlo me propuse salir a “trabajar” los rallys del Campeonato de España. Me decía Lalao, que “por ahí adelante hacer fotos de los rallyes era muy arriesgado, que no me conocía nadie y que estaba Francisco Alguersuari, un veterano catalán que tenía copado el mercado.” Y yo razonaba que si desde Ourense, Reverter era capaz de competir en toda España e incluso hacerlo en el Rallye de Montecarlo, yo podría competir, con su mismo espíritu y dentro de mi profesión, por abrirme un hueco dentro de los fotógrafos especializados en el automovilismo deportivo.

Acabé conociendo todos los rallys del Campeonato de España y todos los que, no siéndolo, tuviesen cierta relevancia; y no tardé en relacionarme con todos los pilotos de élite de cada momento, en compaginar la fotografía con el reportaje periodístico, e incluso con algunas intervenciones en aquellos rallys que el tiempo y “la pasta” me permitieron.

Un archivo en blanco y negro de más de 10.000 negativos está recuperando mi hijo, que con otros medios que yo no dispuse, ha tomado el relevo. Mi “tiempo” concluyó cuando la técnica “trajo“ la fotografía en color, que nos obligaba a los profesionales a enviar los trabajos a laboratorios, primero a París y más tarde a Madrid, pero “ya”, nuestras fotos no dependían de nuestros medios, no podíamos modificar los encuadres en la ampliadora. Y lo dejé. Pero en medio y siempre buscando ir más allá, con Pedro Seara, montamos un programa de radio semanal en lo que antes era “La Voz del Miño”, donde dábamos información de todas estas actividades. Llegadas las fechas del Rally de Ourense, nos metimos en un lío al poner en marcha, con el apoyo de los radioaficionados, un programa de 24 horas de seguimiento, con retransmisiones en directo desde los tramos. Y como venía a ser un reportero autónomo del diario La Región y de la Hoja del Lunes, así como corresponsal de AUTOPISTA, produje, dirigí y edité, primero una página semanal que luego sería un suplemento bajo el nombre de AUTOESTRADA, que aun perdura, si bien ahora no me acuerdo cómo se llama. Y llegado el Rally, un suplemento especial.

Nadie en toda la prensa diaria de España, ni de por ahí adelante, le dedicó un suplemento al motor como el que en La Región pusimos en marcha. Y tampoco a nadie, en lado alguno, se le había ocurrido, primero un programa semanal del motor y luego el seguimiento en directo de un rallye. No es de extrañar que aquella “competición” paralela con los rallys, con el antagonista Francisco Alguersuari, terminase por ganarla “aquel” desconocido fotógrafo gallego amigo de Reverter.                                                                                                                 Ahora es otro Gonzalo Belay el que le ha dado “color” a esta “web”, con otras técnicas, con otros equipos fotográficos, y sobre todo, con la sustitución del laboratorio por el ordenador. El laboratorio, antes, y el ordenador, ahora, es ese paso intermedio entre lo que uno “ve” por el visor de la cámara y lo que uno “quiso” ver. La digitalización permite ampliaciones, encuadres, prescindir de lo que sobra y quedarse con aquello que ayuda a la imagen, que le da “movimiento”, que le da vigor. Por eso, y porque ya soy un puto anciano del Imserso, soy “el padre de Gonzalo”, y él, a todos los efectos de las relaciones sociales, dejó de ser “el hijo de Belay”.  

Me alegra que mi hijo se haya interesado en esta especialidad deportiva y haya puesto en marcha este portal. Todo lo que sea fotografía y motor, cuanto más, mejor. No es rentable. Malamente se cubren los gastos, pero es como una parte de todo el tinglado deportivo, que como dejo dicho al principio, le cuesta dinero a todos los que lo organizan, participan en él, ayudan, lo cuentan o lo plasman en fotos y videos.

Y, si, además, en cada edición del Rally de Ourense, los protagonistas son los mejores pilotos del momento, con los mejores coches, el esfuerzo que lideró Lalao y el que hacen hoy los que están, se plasma en un espectáculo único que no ha sido igualado en estos 42 años por ningún otro deporte. Por eso a los políticos, cuando eclosiona la parafernalia del Rally de Ourense, no les cabe un garbanzo en el culo. Porque no hay otra inversión en deporte hecha por tantos y con tanto esfuerzo y altruismo, que devuelva lo que nos dejó de herencia Estanislao Reverter Sequeiros.

Y como no tengo abuelo ni abuela (lamentablemente no conocí a ninguno de los cuatro), me permito la licencia de decir, que si alguien presentase una colección de fotos de rallys mejor que la que en esta “web” se publica, tanto de las antiguas como de las actuales, que lo diga, y le hacemos un hueco, porque para ser mejores tienen que ser verdaderamente muy buenas.